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¿Cómo conseguir la satisfacción personal al terminar tu día en la farmacia?

Esta semana queremos seguir ahondando en las mejores maneras de tratar a nuestros pacientes/clientes en la farmacia, sin que esto suponga ningún sacrificio, ni esfuerzo si no al contrario, que nos ayude a sentirnos bien con nosotros mismos y a disfrutar de nuestra actividad diaria.

Para eso hoy os proponemos, que para que tu día a día dentro de la farmacia sea motivador, divertido y puedas sentirte realizado, márcate como objetivo ayudar a todas las personas que recibas. Verás cómo obtendrás una gran satisfacción personal.

Es ese momento en el que alguien te dice: “gracias por tu consejo” o cuando escuchas: “no sabes lo bien que me fue aquello que me aconsejaste…”

Es necesario salir de tu zona de confort. Hay que dejar de pensar solo en vender, en dispensar… En el momento en el que te pones detrás del mostrador con el único objetivo de cortar los precintos, poner las cajas dentro de las bolsas y dispensar rápido, tu trabajo se convierte en algo monótono, aburrido e incluso pesado.

Sal de tu zona de confort y empieza a AYUDAR a tus pacientes/clientes.

Ayudar a dar solución a necesidades reales que el cliente puede no conocer o incluso haber olvidado. Esto es lo que nos diferencia y da un valor añadido a nuestro trabajo. De esta manera nuestros pacientes estarán más satisfechos con el servicio que les prestamos y a la vez nosotros, nos sentiremos más realizados.

Tenemos infinidad de oportunidades para llevar a cabo estas acciones de ayudar. No debemos poner excusas del tipo: “no tengo tiempo”, “hay cola”, “tengo mucho trabajo…”. Debemos aprovechar siempre todos los momentos que se nos presentan para ayudar.

Veamos algunas situaciones con unos ejemplos:

  • Cuando a un paciente le han prescrito un medicamento foto-sensibilizante ¿Nos acordamos de aconsejar el uso de un producto foto-protector informándole de por qué es necesario su uso?
  • Cuando dispensamos un hipoglucemiante a un paciente al que recientemente le han diagnosticado una diabetes tipo II, ¿Entablamos una conversación para conocer sus necesidades en cuestión de hábitos alimentarios?, ¿Sabemos cómo cuida su piel y sus pies?
  • Ante un problema dermatológico repetido ¿Preguntamos a quien lo sufre cómo cuida diariamente su piel a fin de descubrir si el problema está causado por el uso de un producto inadecuado que podríamos aconsejar que cambiase?
  • ¿Potenciamos nuestros servicios de medición de parámetros, ofreciéndolos activamente a los pacientes a los que podrían resultar beneficiosos?

A veces no somos conscientes de cuánto podemos ayudar ni de todo lo que tenemos a nuestro alcance para hacerlo. Pero nunca es demasiado tarde para tomar conciencia de que, como decía León Tolstói. “No hay más que una manera de ser feliz, vivir para los demás”.

Somos servidores, o si me permitís utilizar una definición que lo expresa mejor, “somos instrumentos de amor”, y en el amor, como en todo lo realmente importante ¡Cuanto más das, más recibes!

Recuerda que todos los días tienes infinidad de oportunidades para salir de tu zona de confort y prestar un mejor servicio y una atención de calidad a tus pacientes/clientes. ¡Atrévete a hacerlo!

Te sentirás plenamente satisfecho y descubrirás que ¡El esfuerzo merece la pena!

Hasta la próxima semana.

 

Carmen Fernández

Coach

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