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Modifica las barreras mentales en el mostrador de la farmacia

Son muchas las barreras mentales a las que nos enfrentamos diariamente detrás del mostrador de la farmacia. En Coach Farmacia te enseñamos a reconocerlas para cambiarlas. Tenemos la capacidad de modificar la realidad que percibimos, cambiando el pensamiento.

Las barreras mentales son creencias personales que nos impiden realizar una actividad o tener una actitud específica. Son tan poderosas que limitan la capacidad de desarrollar objetivos y perdemos la visión real de las situaciones. Suceden porque desconocemos el futuro y lo desconocido nos da miedo. O bien por experiencias que nos hicieron creer que eso sería así siempre.

Nosotros mismos nos limitamos en la vida diaria. Por ejemplo, esa comida que nunca has probado, pero estás seguro que no te gusta. O cuando sabes que ese programa del ordenador te puede hacer la vida más fácil, pero insistes diciendo que eres muy mal@ en informática. ¡Recuerda que todo esto son limites barreras mentales!

A continuación, os dejamos con las barreras mentales más frecuentes que aparecen en el mostrador de la farmacia:

  • Suponer. Cuando viene un paciente con la receta y suponemos que ya conoce la finalidad del medicamento o su utilidad. Esta barrera mental hace que, en la mayoría de las ocasiones, dejemos de aconsejar.
  • Pensar que se lo vamos a “colocar o vender”. Cuando pensamos que el consejo que le vamos a dar es solo para vender. Este tipo de pensamiento provoca que no hablemos o  pensemos que es lo mismo que cree el paciente/cliente que tenemos enfrente.
  • Clasificar a nuestros pacientes/clientes o etiquetarlos. Cuando llevamos mucho tiempo trabajando en la misma farmacia,  conocemos a nuestros pacientes y empezamos a clasificarlos: “es una pesada”, “esta no compra nunca”, “ está en el paro”,  “es pensionista”… Como personal sanitario, estamos para dar un servicio a la población. Ninguno de nuestros consejos debería estar condicionado por la clase social de las personas, ni por su forma de ser, su profesión… Clasificar hace que no demos ese consejo que sabemos que nuestro paciente necesita.
  • “Es muy caro”. Cuando pensamos que lo que vamos a aconsejar o un laboratorio es “muy caro”. Nosotros mismos nos ponemos la barrera entre el producto y el consejo, entonces, evitamos hablar de él. Lo caro y lo barato son muy relativos. Cada persona tiene sus necesidades y los consejos van en función de ayudar a cada una de ellas. Si hablamos de prevenir e invertir en calidad de vida y en salud, el precio pasa a un segundo plano. En las farmacias, hablamos de salud y sabemos que la salud es el bien más preciado de todo ser humano.
  • “No tengo tiempo”. Cuando hay cola y empiezas a pensar que te falta tiempo. ¡Piensa en la cantidad de oportunidades que tienes delante! 
  • “Algo nuevo”. Cuando hablas por primera vez y dejas de hacerlo porque no sabes cómo reaccionará el cliente. ¿Te acuerdas cuando dabas consejos de probióticos? ¿Recuerdas que te costaba mucho y dejabas de darlos? Era porque no lo habías hecho antes, era nuevo para ti.

¿Son tus barreras mentales las que te impiden dar un consejo?

Te invitamos a reflexionar sobre los anteriores ejemplos. Para superar esas barreras, te animamos a reconocer tus límites. Recuerda que las limitaciones existen únicamente debido a las barreras mentales que cada uno nosotros nos ponemos.

“TU NO ERES LO QUE PIENSAS , PERO LO QUE PIENSAS ERES”, Brian Tracy.

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